Según la riqueza de Su gracia “que hizo sobreabundar para con nosotros en toda sabiduría e inteligencia, dándonos a conocer el misterio de su voluntad, según su beneplácito, el cual se había propuesto en sí mismo, de reunir todas las cosas en Cristo, en la dispensación del cumplimiento de los tiempos, así las que están en los cielos, como las que están en la tierra.” Efesios 1:8-10
La revelación del misterio que se ha mantenido oculto desde tiempos eternos ha sido manifiesto ahora. Por ejemplo, el Cristo encarnado, el nacimiento de Jesús, su muerte, resurrección, el que el Padre y el Hijo nos habiten, el que seamos templo del Espíritu Santo (guiando nuestras vidas), el tener una nueva naturaleza en Cristo, el hecho de que resucitaremos y tengamos vida eterna, entre tantas, eventos que encierran el misterio de Cristo.
El misterio es Cristo, y el misterio de la voluntad de Dios es reunir todas las cosas en Cristo, así como las que están en los cielos, como las que están en la tierra. “es decir, el misterio que ha estado oculto desde los siglos y generaciones pasadas, pero que ahora ha sido manifestado a sus santos,” Colosenses 1:26 LBLA. Respuesta: “a quienes Dios quiso dar a conocer cuáles son las riquezas de la gloria de este misterio entre los gentiles, que es Cristo en vosotros, la esperanza de la gloria.” En Cristo hay una gama de conocimientos que Él encierra en nosotros, bendiciones espirituales que descubrimos en la Palabra y en la nueva naturaleza cuando estamos en Él.
“A ustedes se les ha concedido conocer los secretos del reino de los cielos; pero a ellos no.” Mateo 13:11NVI Entendiendo las Escrituras en su contexto, en este caso, la intensión de Jesús con las parábolas tenía que ver con saber escuchar, por eso decía, “el que tiene oído para oír, oiga”. Recordemos que, en ese entonces, las parábolas de Jesús causaban oposición debido a la resistencia, incredulidad y religiosidad; en ese sentido, Jesús hablaba para aquellos de corazón receptivos, de aquellos que no lo eran. Hoy día, tenemos iglesias llenas, pero no todos son oidores ni hacedores de la Palabra. No obstante, debemos exhortar el mensaje.
El reino de Dios está al alcance de todos; es decir, al que cree le he revelado, pero, para los que no creen sigue oculto para ellos. Entendamos que solo en Cristo tenemos discernimiento espiritual para comprender las cosas espirituales, por tanto, los que no entienden es porque no han recibido a Cristo. “A ustedes les ha sido dado el misterio del reino de Dios», les decía, «pero los que están afuera reciben todo en parábolas;” Marcos 4:11NBLA Continuará, …
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