Santiago.-La Iglesia  Católica de Santiago, dijo ayer que muchas veces su mensaje no es bien acogido, por quienes con sus malas acciones, impiden la ­construcción de una sociedad más justa y solidaria, en donde el pan y la alegría no sean patrimonio de unos pocos.
   
"Pero seguiremos hacia delante", puso de manifiesto el periódico Camino en su nota editorial de esta semana.
   
Camino cumplió este viernes 5 de julio celebro los 38 años  de Camino y dijo que llevan mil novecientos ochenti­trés ediciones de forma ininterrumpida, siendo fieles al mandato de Cristo, que nos dice: Yo vine para que tengan vida, y vida en abundancia.
   
Y que por eso "nuestras páginas recogen las angustias, gozos y esperanzas de nuestro pueblo".
   
"Hemos querido seguir las huellas de los profetas que anuncian el bien y denuncian los males que impiden a nuestros hermanos vivir con la dignidad con la cual Dios nos ha creado".
   
Puso de manifiesto que saben  que el mensaje transmitido no siempre será bien acogido por aquellos que impiden, con sus malas acciones, la ­construcción de una sociedad más justa y solidaria, en donde el pan y la alegría no sean patrimonio de unos pocos.
   
Pero seguiremos hacia delante al servicio de la verdad y la vida. Las Bie­naventuranzas proclamadas por el Maestro nos marcan la ruta a seguir.
   
Al llegar a este nuevo aniversario agradecemos a nuestros colaboradores el apoyo que nos ofrecen. Así podemos llevar cada semana un contenido que nos ayuda a crecer a nivel personal y comunitario.
   
También a todos los medios de comunicación impresos, radiofónicos, televisivos y digitales que se hacen eco de las refle­xiones que hacemos en cada entrega con la intención de aportar a tener un país mejor.
   
Cada día estamos  más conscientes del papel que juegan los medios de comunicación en la formación de una ciudada­nía responsable capaz de asumir su rol en bien de los demás.
   
Por eso hacemos nues­tro el mensaje que nos da el Papa Paulo VI en su exhortación apostólica Evangelii Nuntiandi, en su número 45, cuando afirma que la Iglesia se sentiría culpable ante Dios si no empleara los poderosos medios de comunicación que la inte­ligencia huma­na perfecciona cada vez más.

Recordemos que hoy más que ayer el mun­do está sediento de Dios. Y los medios de comunica­ción nos brindan la oportunidad de llegar a tantos seres humanos, y de ma­nera especial a los jóve­nes que nacieron en esta era digital, y que buscan quién los ayude a encontrar la felicidad plena.